diumenge, 9 d’agost del 2015

Leer imágenes de Alberto Manguel

Título: Leer imágenes. Una historia privada del arte.
Título original: Reading Pictures
Autor: Alberto Manguel
Traductor: Carlos José Restrepo
Editorial: Alianza Editorial
Primera edición: 2002
Páginas: 389
ISBN: 84-206-4141-3
Signatura DIBA: 7.01 Man











INDICE

Agradecimientos
 

 I. LA IMAGEN COMO RELATO
 El espectador común

 II. LA IMAGEN COMO AUSENCIA
 Joan Mitchell

 III. LA IMAGEN COMO ACERTIJO
 Robert Campin

 IV. LA IMAGEN COMO TESTIGO
 Tina Modotti

 V. LA IMAGEN COMO COMPRENSIÓN
 Lavinia Fontana

 VI. LA IMAGEN COMO PESADILLA
 Marianna Gartner

 VII. LA IMAGEN COMO REFLEJO
 Filóxeno

 VIII. LA IMAGEN COMO VIOLENCIA
 Pablo Picasso

 IX. LA IMAGEN COMO SUBVERSIÓN
 El Alejaidinho

 X. LA IMAGEN COMO FILOSOFÍA
 Claude-Nicolas Ledoux

 XI. LA IMAGEN COMO MEMORIA
 Peter Eisenman

 XII. LA IMAGEN COMO TEATRO
 Caravaggio

 Conclusión
 Notas
 Reconocimientos
 Índice onomástico


La imagen como relato
La aparición de la perspectiva en el Renacimiento reduce la expresión pictórica a un momento concreto. La pintura medieval reproducía secuencias de escenas al modo de los cómics actuales.

La escritura rongorongo fue descubierta en la Isla de Pascua durante el siglo XIX. Aún hoy en día sigue sin ser descifrada.

André Malraux, ministro de cultura francés “sostenía lucidamente que, al colocar una obra de arte entre otras obras de arte creadas antes o después, los espectadores modernos fuimos los primeros en oír lo que él llamaba «el canto del cambio», es decir, el diálogo que una pintura o escultura dada establece con las pinturas y esculturas de otras culturas y otros tiempos.”

La experiencia cultural en el pasado únicamente permitía comparar la catedral de tu ciudad con la de la ciudad más próxima en el mejor de los casos.

La imagen como ausencia
En el Sínodo de Elvira, en el siglo III, se establece la prohibición de introducir imágenes en las iglesias.  Cristo se representa simbólicamente como pastor de Dios (y ello tiene vinculaciones con los ritos órficos) o como mano sin cuerpo. En el siglo VI se empieza a superar la prohibición En el siglo VIII, Leon III de Bizancio destruye una imagen de Cristo por considerarla culto a la imagen. Esta reforma iconoclasta desató varias revueltas. Su hijo, Constantino V (el coprónimo) mantuvo la política iconoclasta. La situación fue evolucionando y los iconófilos empezaron a recuperar el poder aceptando, inicialmente que la prohibición afectase únicamente a los judíos.

Joan Mitchell (1925-1992) conoció al que sería Premio Nobel irlandés Samuel Beckett en 1937 cuando él se instaló en París. Beckett introdujo el whisky irlandés en los barrios obreros en que vivía y no aceptaba ver a ningún amigo sin beber alcohol. Se reunía con Joan, de quien admiraba su capacidad para beber, y podían pasar horas conversando o sin decirse nada. El compañero de Joan no soportaba esta actitud y una noche, en un café de Montparnasse, irritado se levantó de la mesa. Joan Mitchell salió detrás de él y “Beckett trató de seguirla, pero estaba tan borracho que no conseguía escapar del remolino de la puerta giratoria. «Daba vueltas y vueltas, en tanto que Giacometti, como un sapo gigante y pensativo de párpados caídos, permanecía sentado sin decir palabra, y los turistas señalaban con el dedo al poeta de la nada y la desesperación.»”

Además del mito de los esquimales y sus innumerables matices del blanco, la lengua de los tarahumaras (NW de México) no distingue entre verde y azul. En 1890 el psicólogo William James sugería que percibimos los colores por contraste con sus opuestos.

En la simbología medieval el azul es el color del manto de la Virgen, el color con el que se ve el firmamento cuando se despeja la ignorancia. El gris de las cenizas simboliza el duelo y la humildad y se utiliza para pintar el manto de Cristo en el Juicio Final. El verde era el color de la resurrección y atributo de San Juan Bautista. En cambio, San Juan Evangelista suele ser representado en rojo, color de la sangre y del fuego, del amor por la acción. En alguna interpretación talmúdica medieval había cuatro colores básicos: rojo por la sangre, negro por las entrañas, blanco por los huesos y verde por la piel pálida.

“La página en blanco, frente a la cual Mallarmé sentía el horror del vacío, contiene o nos convence de que contiene implícitos los renglones que darán razón a su existencia.”

La imagen como acertijo
La imagen de la Virgen amamantando a su hijo tiene múltiples precedentes: Asarté en Mesopotamia, Pacha Mama entre los aztecas, Devaki dando de mamar a Krisna en la India, Isis en Egipto. La Leyenda Dorada del siglo XIII explica, para justificar la correspondencia con la imaginería pagana, que el profeta Jeremías había explicado a los sacerdotes egipcios que sus ídolos caerían hechos trizas cuando una virgen pariera. Según la leyenda, los  sacerdotes egipcios ocultaron en sus templos imágenes de una virgen pariendo para adorarla en secreto. 

Con frecuencia esta madre nutridora se opone a una madre destructora (Lamastu en Mesopotamia, Medea, Lady Macbeth o la Madonna de Max Ernst de 1926).
Lady Macbeth comenta “He dado de mamar y sé cuan dulce es el amor del niño que bebe de mi leche. Aun así, sin importarme la sonrisa de ese niño, dejando a un lado sus encías desdentadas, sería capaz de apartarlo del pezón para arrancarle los sesos, de haber jurado hacerlo, como has hecho tú con esta empresa”.

Juno adopta a Hércules “dándole leche de su seno: la Vía Láctea se formó cuando ella alejó el pezón de sus ávidos labios y la leche se derramó por el firmamento."
 Jean-Jacques Lequeu, en 1794, pintor revolucionario, llama a la emancipación de las monjas con su “Y nosotras también seremos madres, porque…”
















En el siglo XIII, San Bernardo de Claraval, fundador de la orden del Císter, tiene la visión de que la Virgen alimentaba su alma pecadora con su amorosa leche tal y como queda reflejado por Alonso Cano.












Filotesi, en 1508, representa a María alimentando las almas del purgatorio con su leche.

Otra variante, que se reflejará en la obra de Caravaggio “Las siete obras de Misericordia” es la leyenda de Pero y Cimo relatada por Valerio Maximo en el siglo I. Pero, mujer virtuosa, alimenta con su pecho a su padre Cimo injustamente encarcelado y condenado a morir de hambre.

Hoy en día se puede comprar terroncillos de suelo lechoso en Belén. De ese modo, los turistas pueden estimular la producción de leche materna. Erasmo se mofaba de los sitios donde se veneraba la leche de la madre de Jesús “por custodios que «sostienen letreros para pedir limosna como los que emplean en Alemania los cobradores de peajes en los puentes»” Calvino comentaba respecto a los lugares en que se decía había reliquias de la leche de María “Tanta hay, que si la santa Virgen hubiese sido una vaca (…) se habría visto en apuros para producir tamañas cantidades a lo largo de su vida”.

En algunas representaciones María descubre su pecho a Cristo para recordarle que con ellos le alimentó y así implorar su clemencia. A su vez, Jesús le descubre su pecho con sus llagas a Dios con la misma intención formando una especie de trinidad. En la nota 17 se comenta “Es interesante anotar que la imagen de María con el seno desnudo encuentra su equivalente en la cultura griega antigua, donde la madre no era considerada necesariamente ni dadora de vida ni de sustento. En Las coéforas de Esquilo, por ejemplo, Clitemnestra se desnuda ante su hijo, Orestes, que se dispone a matarla, suplicándole compasión por los senos que le dieron la leche. El público sabe que Clitemnestra miente, ya que a Orestes no lo amamantó su madre sino un ama de cría. Clitemnestra asume el papel de la dispensadora de la vida, la nodriza, la madre nutricia. La reina se arroga el papel al que ha renunciado para despertar, como María siglos después, la compasión del hijo.”

Otro de los atributos de la santidad de María es su aureola. El símbolo ya es utilizado por Apolo rodeado de los rayos del sol. Más tarde será el emblema de Constantino, primer emperador cristiano ( y mucho más tarde por Luis XIV, el Rey Sol) y luego en el de Jesús. Posteriormente pasó a Dios, los ángeles y los santos y, como una de las escasas aportaciones a la cultura del Este al Oeste, pasó de Oriente Medio a la India donde acabó  coronando a Buda.

Las aureolas pueden ser redondas, triangulares (como la habitual de Dios) o cuadradas para los hombres. La aureola hexagonal se reserva para las figuras alegóricas siendo mucho menos frecuente.
Dios es complejo de representar mediante aureola puesto que al ser perfecto exige el círculo, pero su trinidad es triangular. La idea de la Trinidad la plantea Teófilo de Antioquía hacia mediados del siglo II.  Junto a la Trinidad masculina de Dios padre, Jesús y el Espíritu Santo, existe una especie de trinidad femenina formada por la Virgen María, el propio Jesús y Santa Ana, madre de María.

Otras representaciones de la Trinidad pueden ser animales de tres cabezas presentes en El Jardín de las Delicias. Estas representaciones fueron condenadas en el siglo XV por San Antonino, arzobispo de Florencia puesto que eran representaciones de seres monstruosos no creados por Dios. En cambio, Macrobio, en el siglo V interpretaba las representaciones de animales tricéfalos relacionándolos con los estados del tiempo: pasado, presente y futuro. El tema lo recupera Tiziano en su Alegoría de la prudencia.

En La Virgen de la pantalla de Mimbre de Robert Campin, que es el cuadro sobre el que se edifica este capítulo, en el XIX, un restaurador añade un aparador gótico y un cáliz además de sombrear los genitales del niño Jesús. “Como observa Leo Steinberg en su importante libro La sexualidad de Cristo, «el arte renacentista, tanto en el norte como en el sur de los Alpes, produjo una nutrida imaginería piadosa en la que los genitales del Niño Jesús o de Jesús muerto son objeto de un énfasis tan expositivo que uno se  ve forzado a admitir la existencia de una ostentatio genitalium comparable a la canónica ostentatio vulnerum, o exhibición de las llagas». Ya en el siglo XIX, esa desnudez era claramente ofensiva.”

“En numerosas pinturas religiosas, el pene de Jesús aparece en una condición a todas luces tumescente, y se ha discutido mucho sobre el posible simbolismo de este detalle. Tal vez la erección de la carne busca augurar la resurrección de la carne. En el libro XIV de La ciudad de Dios, San Agustín argumenta que la erección involuntaria del pene no es signo de nuestra naturaleza humana, sino de nuestra naturaleza pecadora. Para Agustín, la vergüenza que Adán sintió no se debió a su desnudez ni a que se viera de pronto sus propios genitales (hace notar que Adán no fue creado ciego), sino a la nueva indocilidad del miembro. Desde las más antiguas glosas medievales de la Escritura hasta bien entrado el Renacimiento, los exégetas discutieron si antes de la Caída había sentido o no placer Adán durante la cópula, y concluyeron que sí. La vergüenza no provenía del placer, sino de haber perdido el dominio del cuerpo. Como Cristo no sufre de las debilidades que nos acarreó el pecado de Adán, la representación del pene erecto de Cristo en la infancia o la muerte debe sugerir un acto de voluntad (ésta es la deducción de Steinberg), con lo que se prueba el triunfo de su cuerpo elegido sobre el pecado.”


Finalmente, otro de los simbolismos de La Virgen del mimbre es el octógono de las baldosas medio oculto por el manto ya que el octavo día aún no ha llegado.  En el octavo día, Jesús fue circuncidado y sangró. Y solo el cuerpo sangra. En la Anunciación recibió el nombre de Hijo de Dios,  en el nacimiento el de Cristo, y solo en el octavo día el de Jesús. 

La imagen como testigo
Plutarco, el autor de Las vidas paralelas, criticaba el hecho de que los atenienses considerasen que su luna era mejor que la de los corintios.

“En una brillante novela corta, Nocturno indio, el escritor italiano Antonio Tabucchi pone a una fotógrafa a describir un detalle ampliado de un retrato hecho por ella. Este «mostraba a un joven negro, únicamente la cabeza y los hombros, una camiseta deportiva con un eslogan comercial, un cuerpo atlético, una expresión de gran esfuerzo en su cara, los brazos levantados como celebrando un triunfo; obviamente, está rompiendo la cinta de la meta con el pecho, en los cien metros, por ejemplo». Luego describe la fotografía completa: «A la izquierda hay un policía vestido como un marciano, con un casco de plexiglás en la cabeza, botas largas, un fusil apoyado contra el hombro, la mirada feroz bajo la feroz visera. Está disparando al negro. Y el negro huye con los brazos en alto, pero ya es hombre muerto». Todas las fotografías (ampliadas, recortadas, tomadas desde determinado ángulo, iluminadas en cierto modo) citan equivocadamente la realidad.”

Los pies son la vinculación con la tierra. Edipo, que significa pies hinchados, sufrió la horadación de sus pies por su padre para así desvincularlo de la tierra. Hernán Cortés explica que a Moctezuma no se le permitía pisar fuera de su palacio puesto que todo lo que pisaba pasaba a ser de su propiedad. Mehmet II el Conquistador, después de la toma de Constantinopla en 1453 quiso respetar la libertad de cultos. Así que, cuando tenía que entrevistarse con el patriarca ortodoxo, lo hacía fuera de la iglesia, no por contaminarse entrando sino para evitar que, según sus seguidores, la sede del patriarca se convirtiese en lugar islámico al ser pisada por sus pies.

Geoffrey Hartman, en relación con la profusión de imágenes violentas en televisión, advierte sobre el peligro de ser entretenidos con «violencia inútil» término acuñado por Primo Levi para descubrir la brutalidad de los nazis. Para Harman, la imaginería hiperrealista con la que somos bombardeados dificulta el pensamiento crítico .

La imagen como comprensión

Recuerda a Alicia en el país de las maravillas o a la enfermedad de la anorexia el comentario, en 1583, de Juan de Sponde: “la opinión general sostiene que la figura humana no se puede metamorfosear en el cuerpo de una fiera; pero la mayoría afirma que, aunque no hay un verdadero cambio de forma, el Diablo puede engañar y burlar los ojos de los hombres, a tal punto que, bajo su influjo, creen estar viendo una forma muy distinta de la que realmente es.”

San Francisco plantea la existencia de una rebelión animal contra el pecado original. Los animales no son ariscos por ser inferiores; lo que pasa es que se han rebelado contra el primer pecado de Adán. Santo Tomás de Aquino determinó que todos los animales carecían de alma y los clasificó de acuerdo con su utilidad para los hombres. Lobos, osos y zorras, que nada aportaban al hombre, eran animales del demonio. Juvenal, en la Roma del II describe a las prostitutas como lobas pintadas. De hecho, lupanarium era sitio de lobas.

La cabeza afeitada de las judías ultraortodoxas favorece disminuir su atractivo para los hombres que no son su marido. Las prostitutas venecianas se dejaban el pelo extremadamente largo para ser más seductoras. Lady Godiva cubrió su desnudez con su pelo. Su larga cabellera, como la de María Magdalena, se convirtió en símbolo de modestia.

El mito de la bella y la bestia se remonta al poema de Gilgamés. Gilgamés tropieza con Enkidu, un hombre-fiera incivilizado y cubierto de pelaje. Al final, el enfrentamiento inicial se convertirá en una gran amistad. Enkidu se reencarna a lo largo de la historia de la literatura: es el valent sauvage en el Perceval de Chrétien de Troyes; es el hermano osuno en el romance medieval tardío Valentín y Orson; la montaraz mujer en la epopeya alemana del siglo XIII Wolfdietrich; el salvaje aspirante al amor en Carcel de Amor del siglo XV; el salvaje de buen corazón en La Reina de las Hadas; la bestia en La Bella y la Bestia de Beaumont. Siempre la amenaza mortal es vencidad por el poder del amor.

El Renacimiento recupera lo que el Medioevo había considerado pecaminoso, sobre todo el cuerpo de la mujer. “Los hombres exploraban de nuevo la geografía de las mujeres, con sus cuevas agrestes, blandos montes y bosques escondidos donde, según lord Herbert de Cherbury «se yerguen dos pilares de alabastro,/ para advertir contra cualquier avance; / a los pies de ellos grabado está / el triste Non ultra de la dicha del hombre»”

Renaldo Colón, médico veneciano, en 1599 “proclamó haber descubierto un hito de este Non ultra, al que bautizó «clítoris» (aunque el verbo kleitoris, que significa «tocar con lascivia, las partes pudendas», aparece ya en el siglo II, en un texto de Rufo de Efeso)”. En La Sòrciere (La Bruja) Jules Michelet comenta que hasta 1306 la Iglesia no permitió la disección pública del cadáver de una mujer. Para Michelet fue “el descubrimiento de un mundo (más grande que la hazaña de Cristobal Colón). Los necios se estremecían y vociferaban. Los sabios cayeron de rodillas”. John Donne tiene un verso que establece la comparación en su To His Mistress Going to Bed: «O my America! My new-found-land». El escritor argentino Federico Andahazi parte de la disección del cadáver en su obra El anatomista.

Hacia 1510 aparece en Francia la forma poética del blason que era una descripción lírica de una parte del cuerpo: «un gentil jardincillo […] revestido de un suntuoso vellón / de cabellos de oro, en su mejor sazón».

La mujer barbuda pintada por Ribera en 1631, a quien –según se decía- le creció la barba de la noche a la mañana, “enloquecía de deseo a los hombres” para furia de su marido. En cambio, en la leyenda medieval de Santa Wilgefortis –o Santa Liberata- la joven no quería casarse con un joven pagano elegido por su padre e implora a Dios que le concede que le crezca vello por todo el cuerpo. Una auténtica “gracia” divina.

La imagen como pesadilla
En el siglo VI el Papa Gregorio Magno argumentaba que las imágenes religiosas debían ser bien recibidas puesto que “lo que la lectura enseña al lector, las imágenes lo enseñan a los iletrados, a quienes solo pueden percibir con la vista, puesto que en los dibujos los ignorantes ven la historia que deberían leer, y quienes no conocen de letras descubren que, en cierta forma, pueden leer.”

En la actualidad, la inmediatez de la imagen, su superabundancia, nos permite un código de interpretación común pero no profundo.

Las culturas tradicionales de muchos lugares de la Tierra ( Nepal, Congo, Himalaya, ..) no representan nunca al individuo concreto, solo a la generalidad.

“En Andalucía, los fieles sacan en procesión de Semana Santa las imágenes de las distintas vírgenes, cada una con su propia identidad (la Virgen del Rosario, la del Carmen, la de la Asunción), y se producen a veces cruentos choques entre los devotos que creen que cada madona es una divinidad individual y no tan sólo una representación diferente de la misma Madre de Dios.”


El novelista Josef Skvorecky relata que, durante la ocupación checa, un pastelero deseoso de quedar bien con los nazis, puso un busto de chocolate en el aparador. Lo malo es que, con el calor, el busto quedó ridículamente deformado y el pastelero pelota fue arrestado por ser irrespetuoso con el Führer.

Desde 1656 Velázquez establece un diálogo con el espectador para saber qué está pintando en Las Meninas.

La leyenda de los Santos Cosme y  Damián relata que ambos santos cosieron la pierna de un hombre negro muerto a un blanco con éxito. Un retablo del siglo XVI en la Iglesia de San Francisco de Valladolid nos modifica la leyenda con un negro vivo al que los santos han cortado la pierna para transplantarla a un hombre blanco.


“Para Caravaggio, la luz es su propia fuente. Ilumina lo que el pintor desea resaltar y oculta lo que él desea ocultar, sin que tenga que justificarnos su procedencia;…”


La imagen como reflejo.
“Hasta el día de hoy, en el mar Egeo, una sirena de dos colas se aparecerá a los marineros y preguntará: «¿Dónde está Alejandro?». A lo cual se debe responder: «El vive y reina».” Según la Wikipedia: “Existe una leyenda popular griega que habla de una sirena que vivía en el Egeo, y de quien se pesaba que era la mismísima Tesalónica. Según la historia, cuando un marinero se la aproximaba, ella siempre le preguntaba lo mismo: ¿El rey Alejandro vive? (en griego, Ζει ο βασιλιάς Αλέξανδρος;), cuya respuesta correcta era: Aún vive y reina (Ζει και βασιλεύει). Si los marineros contestaban esto, ella les dejaba pasar sin ningún problema. Cualquier otra repuesta la enfurecía, y entonces se transformaba en una gorgona que hundía el barco con todos sus tripulantes.”

“Los antiguos griegos, al igual que los romanos y las viejas tribus germánicas, creían que la mente, el yo consciente, habitaba en el pecho, y asociaban el pensamiento con la respiración; quien no podía ya exhalar no podía tampoco producir pensamientos.”

“Los griegos de los tiempos de Homero creían que la representación del rostro (la identidad visible de la cabeza, la casa del alma) tenía un poder mágico intrínseco. Como para mitigarlo, el arte griego temprano solía mostrar los rostros de perfil, de manera que sus miradas no alcanzaran al espectador. Cuando se mostraba una visión frontal del rostro, como en la máscara trágica gorgoneion, se hacía con el expreso propósito de atemorizar, recordándole al público la mítica Medusa, cuya mirada petrificaba a los mortales que la veían.”

“Las imágenes reflejadas eran para Platón «creaciones falsas», puesto que el reflejo en un espejo carece de realidad tangible.”

La etimología de Verónica es la vero icon, la imagen verdadera de Cristo.

El autorretrato como concepto aparece en el XIX. Anteriormente eran obras pintadas por el propio pintor, por ejemplo “Rembrand pintado por si mismo”.

La imagen como violencia


Picasso: “A mí nadie me importa de veras. En lo que a mí respecta, los demás son como esos granitos de polvo que flotan en la luz.”

“La mujer se ha embellecido, se ha puesto un sombrerito alegre, se ha peinado y arreglado ante la expectativa de la felicidad… y hela allí, a la vista de todos, desfigurada por el dolor, el sombrero haciendo escarnio de su pena, tan alegre y coqueto, tan aplastantemente insensible a todo.”

La mujer es Dora Maar, a quien Picasso provocaba hasta hacerla llorar. Entonces sacaba su libreta de bosquejos y un lápiz y la dibujaba. Dora Maar es la mujer que aparece en el Gernika gritando y sujetando a un niño muerto. De esta forma se vinculan los cuadros de Mujer llorando, Gernika y La violación. El caballo del Gernika presenta la misma expresión que la que se puede observar en la boca del violador.

“En la cultura de Occidente, la insensibilidad del amante brutal se convirtió, como en un espejo deformante, en atributo de la virilidad. Teseo, hijo de una mortal, se vale de su fuerza masculina para llevar a cabo un número de tareas poco menos que imposibles, pero precisa de la inteligencia femenina de Ariadna para poder salir del laberinto y matar al Minotauro. Tras haberla utlizado,  la abandona, como todos sabemos; después es coronado rey de Atenas y honrado como el más grande héroe de la ciudad, Más cercano a nuestros días, el novelista francés André Gide lo vió como un varón glorioso que fue capaz de liberarse del abrazo posesivo de Ariadna, esa artera mujer.Para Gide, el trato que Teseo da a Ariadna se justifica porque sirve a un propósito más elevado; el matador del Minotauro tiene que usar y abandonar a Ariadna antes de entregarse de lleno a la protección del Estado (o,en el caso de Picasso, al servicio del arte.”

Según Lacan, nuestra identidad proviene de imágenes nuestras reflejadas y percibidas fuera de nosotros. Mediante esta “identificación enajenante” aprendemos a vernos como nosotros mismos.










La imagen como subversión
Bustrofedon (βουστροφηδόν) es un tipo de escritura / lectura “según aran los bueyes”. Se recuperó brevemente (en cuanto a escritura) con las impresoras matriciales.

       BUSTROFEDON ES UN TIPO DE ESCRITURA QUE
SAROSERPMI SAL NOC ETNEMEVERB ÓREPUCER ES
MATRICIALES

La leyenda apunta a San Lucas como el primer pintor de La Virgen con el niño (sin considerar los precedentes paganos apuntados en apartados anteriores).

La imagen como filosofía
En Grecia, Egipto y Roma se utiliza la maqueta como representación de lo ya existente (así que la imagen de las películas con Nerón viendo una maqueta de la nueva Roma no es muy coherente). Solamente a partir del XIV se empieza a utilizar la maqueta como proyecto con Brunelleschi (que deliberadamente no las acababa para no dar toda la información), Bramante, Alberti o Miguel Angel.

“Cuando un cliente reclamó a Le Corbusier que el techo que le había construido tenía goteras, el arquitecto replicó: «Claro que tiene goteras: por eso se sabe que es un techo». Esta respuesta irrespetuosa es errónea: no por eso se sabe que es un techo; por eso se sabe que es un fracaso.” La cita es francamente útil para un buen número de arquitectos que olvidan el destinatario de sus obras. En cambio, en el Partenon, la mayor parte de las esculturas, aunque ubicadas para nunca ser vistas por su parte trasera –y a 10 metros del suelo- , fueron totalmente esculpidas incluso por su parte trasera.

La imagen como memoria
La etimología de conmemoración y monumento se relaciona con la diosa griega de la memoria Mnemosine –Moneta para los romanos-.También funcionaba como epíteto de Juno: Juno Moneta. En su templo se acuñaban las monedas.

En el antiguo colegio de Manguel, en Buenos Aires, hay una placa con los nombres de los estudiantes secuestrados, torturados y asesinados. “Entre ellos figuran varios a quienes se les inyectó una potente droga y que fueron encadenados unos con otros y lanzados desde un avión militar para que se ahogaran en el río.”

En el lado opuesto la localidad de Le Chambon-sur-Lignon, en Avernia, donde sus habitantes, en su mayoría hugonotes, dieron cobijo a miles de judíos durante la ocupación nazi: “La comuna fue distinguida colectivamente en 1990 con el reconocimiento de Los Justos entre las Naciones por el Yad Vashem, Organismo instituido por el Parlamento de Israel para honrar a los grupos y a personas no judías que prestaron ayuda altruistamente a los judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial.”

La imagen como teatro
En 1607 Caravaggio llega a Nápoles (que entonces pertenecía a la corona de los Austrias) huyendo de un asesinato cometido en Roma después de un partido de pelota. Hasta 1770, cuando se emprende un plan de iluminación nocturna, salir de noche en Nápoles era prácticamente equivalente a ser asesinado.

El personaje de Polichinela, de la Comedia del’Arte,  deriva del personaje del soldado español Matamoros.

“Las damas nobles ofrecían de comer y beber a las mujeres indigentes, aspirando con ello a un toque de santidad: bañaban y proveían de ropa limpia a estas pordioseras y después las encerraban definitivamente, bajo un régimen de alimentación frugal y trabajo duro, no fuera que «el exceso las echara a perder».

“En el arresto del padre [ Orlando Virgilio Yorio] a finales de los años setenta, los interrogadores le dijeron que no tomara muy al pie de la letra la doctrina de Cristo. "Cristo habló de los pobres, pero cuando hablaba de los pobres se refería a los pobres de espíritu [...] En Argentina, los pobres de espíritu son los ricos que son los que realmente necesitan ayuda espiritual.»

En la tradición cristiana existen siete obras corporales y siete obras espirituales.

Las siete obras corporales de misericordia son:

·         Dar de comer al hambriento
·         Dar de beber al sediento
·         Vestir al desnudo
·         Dar posada al peregrino
·         Visitar a los enfermos
·         Redimir al cautivo
·         Enterrar a los muertos

Las seis primeras constan en Mateo 25, 35-46

Las siete espirituales

·         Enseñar al que no  sabe
·         Dar buen consejo al que lo necesita
·         Consolar al afligido
·         Corregir al que yerra
·         Perdonar las injurias
·         Sufrir con paciencia las flaquezas de nuestro prójimo
·         Rogar a Dios por vivos y difuntos

En agosto de 1601, coincidiendo con una gran hambruna, siete jóvenes napolitanos, ansiosos de “dedicarse al servicio de los pobres y los menesterosos” quedaron en reunirse cada viernes en el Hospital de los Incurables para atender y reconfortar a los enfermos. La obra tuvo un gran éxito y en abril de 1602 fundaron la sociedad llamada Monte de la Misericordia y erigir la Iglesia del Pio Monte de la Misericordia  para cumplir las siete obras corporales. Cada joven tendría una obra encomendada.

La Iglesia se construye con forma de octaedro (el octavo día después de la llegada de Jesús a Jerusalén tuvo lugar la Resurrección o el octavo día del nacimiento con la circuncisión y la conversión de Dios en hombre) integrada en el círculo perfecto de la divinidad
El octaedro se forma por la entrada, seis laterales con representaciones de las siete obras, y un altar mayor en el que Caravaggio pinta nuevamente las siete obras corporales de misericordia (dar de comer al hambriento y de beber al sediento se unen en un único cuadro).

En el cuadro de Caravaggio destaca el episodio de San Martín, soldado romano, partiendo su capa en dos para compartirla con un pobre en Amiens. En otra parte se observa una mujer alimentando a un anciano con sus pechos haciendo referencia al mito romano de Cimo y Pero.
La Virgen que ocupa la parte superior, de acuerdo con los análisis de rayos X- es un añadido posterior.

Para Caravaggio, la misericordia –en las antípodas del Plácido de Berlanga- debía de plantearse entre hermanos siguiendo a Mateo 6, 1-4:

Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres para que os vean; de otra manera no tendréis recompensa ante vuestro Padre, que está en los cielos

Cuando des, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.

Cuando des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea oculta, y el Padre, que ve lo oculto, te premiará

Otro ejemplo de la relación de Caravaggio con las capas consideradas más inferiores de la sociedad es que, parece ser, que su Muerte de la Virgen fue realizada empleando como modelo a una joven prostituta embarazada que se había ahogado en el Tiber. La obra fue rechazada por los frailes que la habían encargado y se oculto hasta que Rubens consiguió que su mecenas, el Duque de Mantua,  la comprase. La pintura se exhibió en Roma durante menos de una semana y quedó relegada a la colección particular del Duque.

Caravaggio muere en 1610. Iba a embarcarse para pedir perdón al Papa pero lo detuvieron por error. Cuando fue liberado pudo ver que el barco había partido con todas sus pertenencias. Se desplomó en la playa y murió a los pocos días con 37 años.

Conclusión


"Según el Samkkya-karika de Ishvarakrsna, el sabio Kapila argumentaba que así como cuando asistimos a un espectáculo de danza o teatro nos identificamos con los bailarines o los actores, así también nosotros, los que pensamos y obramos en el mundo, nos identificamos con nuestros pensamientos y obras. Desde el instante en que nacemos estamos viendo actuar y pensar a cierto alguien, y compartimos las alegrías, ideas, intuiciones y dolores de ese alguien: esta convivencia íntima con nosotros mismos genera la ilusión de que somos ese alguien”.



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